No, si de olvidada sólo tengo los ojos y el rostro,
las piernas,
los labios,
los brazos,
las manos,
el semblante manchado de ironía,
las ganas,
las sábanas,
el perfume,
las entrañas.
No, si de olvidada sólo tengo el nombre,
manchado de soledad,
putrefacto de incienso,
lubricado con espuma deshecha,
permeable al dolor,
estrepitoso y suficiente.
No, si de olvidada se pintaba la golondrina antes de volar,
de olvidada se pintaba Alfonsina antes de echar a andar,
de olvidada se pintaba Virginia antes de contar las horas,
de olvidada se pintaba Alejandra cuando se quería inspirar.
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